Hoy, con la escayola en mi caminar,
siento el peso de la inmovilidad,
pero también la luz de la bondad.
La amistad es brisa en el dolor,
los vecinos, manos en mi puerta,
la familia, mi eterna certeza.
Qué suerte es saber, en la caída,
que no estoy sola en la cañada:
amigos, risas, pan compartido,
y el corazón que nunca olvida.
La escayola romperá algún día,
pero este amor... ¡quedará en la mía!
siento el peso de la inmovilidad,
pero también la luz de la bondad.
La amistad es brisa en el dolor,
los vecinos, manos en mi puerta,
la familia, mi eterna certeza.
Qué suerte es saber, en la caída,
que no estoy sola en la cañada:
amigos, risas, pan compartido,
y el corazón que nunca olvida.
La escayola romperá algún día,
pero este amor... ¡quedará en la mía!
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