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miércoles, 5 de junio de 2024

Clara

 

Clara se veía guapa. Se sentía bien consigo misma. Era modelo de una revista de moda de un diseñador de prestigio, en Madrid. Estaba casada con un hombre de mediana edad. Un vendedor de seguros. Ella era 20 años más joven y su marido en un momento dado la miró de arriba abajo y le preguntó ¿Así vas a salir? Y ella le contestó, sí. Y él Calló y miró para otro lado. Ella se reía y no se daba cuenta de que esto a él,  le afectaba y así habían construido una vida de silencios y suspicacias. Ella no le daba importancia y se sentía así admirada, creyendo que eso era un halago, pero a él le hervía la sangre, cada vez que salía así a la calle, para él demasiado exuberante y llamando la atención y más porque, iban los compañeros, también modelos, que la acompañaban en los desfiles y a veces tenía que viajar, y aunque ella le decía que  le acompañara.... Él precisamente la había conocido en un viaje, en un desfile, pero habían pasado 10 años y ya no se sentía tan joven y ella iba sola, en pases de provincias, a París, Roma,  y él callaba siempre y esos silencios que tenían distintos significados para cada uno, es en los que habían construido una relación nada satisfactoria para ninguno de los dos, que iba minando sobre todo equilibrio psicológico de Jorge, en el que veía que estaba llegando a una situación que ella se le iba de su control. 

Clara tenía sus salidas en las que se sentía libre, admirada, y plena, en una profesión que le daba muchas satisfacciones y que también pensaba disfrutar todo lo posible, ya que le quedaban pocos años en este mundo, tenía que haber estudiado algo y no que lo que le esperaba cuando su corta carrera de modelo acabase, era que se quedaría de ama de casa, con un marido con el que se aburría. Y Jorge ya sólo pensaba en su jubilación y en sus salidas a correr por el campo, o con la bicicleta, entrenar para la maratón, ya le quedaban pocos viajes con la maleta. Esa vida de viajante, vendiendo seguros no le satisfacía,  aunque los últimos años y por la pandemia, se había tenido que reciclar y teletrabajar y era ya historia, la venta de seguros,  puerta por puerta, ya se hacía todo por teléfono y correo electrónico y online,  esto le había permitido estar más en casa y darse cuenta de las salidas de su joven esposa. Para Jorge correr y entrenar, era su vía de escape, él le reprochaba que se quedara acostada y saliera tarde y no quisiera nunca acompañarlo. A él le gustaba madrugar y salir a correr para entrenar. A Clara eso le aburría y le agotaba solo pensarlo. A veces se preguntaba como se había enamorado de alguien así. Pero le hacía gracia y él la quería mucho a su manera, pero también veía que otras parejas amigas tenían más complicidad entre ellos. Y ellos eso lo habían perdido o quizá nunca lo tuvieron. Clara lo achacaba a la diferencia de edad. Y así iban pasando los años. Y no sabían cómo arreglarlo. Con sus salidas cada uno se iba conformando. A Jorge le relajaba madrugar y correr y le causaba mucha satisfacción el participar en maratones y a ella sus salidas y pases y desfiles. Y así iban pasando los años. No se daban cuenta, que habían construido una relación a base de silencios y suspicacias, Jorge pensando si no habría tenido alguna relación con alguno de sus compañeros y ella sintiéndose aburrida y aunque le hacía gracia sus suspicacias, también se cansaba de que no confiara en ella. 

Y lo que no se daban cuenta ninguno es que esa era una relación desgastada en que ninguno de los dos se sentía lleno y pleno y con confianza para hablar y ver si tenía arreglo o debían dejarlo. 

Jorge pensaba que de un momento a otro Clara se iría y no lo podía consentir así que empezó a seguirla en sus salidas y cuando Clara llegaba a casa la sometía a un interrogatorio de a ver dónde había estado y con quien. Empezó a acompañarla y acaparar las conversaciones, lo cual a ella no le gustaba, pero callaba. Empezó a recogerla de los desfiles, no dejándola ir a culminar con una copa o cena como solía hacer. Clara se le fue estrechando el círculo de amistades ya no quería salir como antes con tal de que su marido no la pusiera en un compromiso, o ridiculizara o incluso había advertido que le cogía el móvil e intentaba acceder a él, pero no sabía el patrón de acceso y lo dejaba. Se le iba yendo la alegría, ya no se reía de lo que ya le parecía un acoso, no se reía por las suspicacias de él, esto era más serio, se sentía vigilada y veía que ya no tenía acceso a sus cuentas como antes, el debía haber hecho algo en el banco y eso ya era la gota que colmó el vaso, veía el cambio que había tenido él en unos meses y decidió abordarlo y preguntarle que le pasaba y él le dijo que se había cansado de que le tomara por el pito del sereno, que no quería compartir tiempo con él y que ella estaba desmadrada. Ella le pidió explicaciones sobre sus cuentas y él le pidió que dejara su carrera de modelo, que estaba desatendiendo la casa y a él. Y empezaron a discutir y en un momento dado él la empujó y ella cayó al suelo y se hizo una brecha en la ceja con el pico de la mesa. Se levantó aturdida y se fue a la calle sin nada, no cogió maleta ni nada y así llegó a casa de su madre que se asustó de verla así, sangrando, ella se dio una ducha, se cambió de ropa y seguidamente fue a la policía a denunciar el caso. Se puso también en contacto con un abogado amigo suyo y llorando le habló del cambio de actitud en los últimos meses de su marido y de lo que había hecho con sus cuentas. El se hizo cargo y pusieron una demanda contra él por acoso y se abrió un parte de lesiones y una demanda de divorcio, gracias a Dios ella había reaccionado y salió a tiempo de esa situación. Otras mujeres no lo hacían, se sentían minadas y culpables, pero Clara no y había salido a tiempo de esa relación.



martes, 7 de mayo de 2024

No más guerras

 

Siempre en la historia del hombre ha habido guerras
Ha habido desavenencias
El hombre ha sido el ser más alienante depredador y exterminador que ha conocido la tierra
Pero a la vez el único que destruye a su propia especie, familia y crías
El hombre es un ser abominable y detestable que no cuida de lo que Dios le regaló
La naturaleza es su gran regalo y fuente de abastecimiento
¿Y que hace el hombre?
Destruye y contamina la naturaleza
Pero no solo eso
Sino que fabrica armas
Y destruye el don más grande que nos dio Dios
Que es la vida
La vida de su propia especie
Y creó las guerras
Destruyó y aniquiló a seres indefensos
Como son las mujeres, enfermos y niños
Destruye sus casas
Los mata de hambre
Y los obliga a emigrar

Siempre hubo guerras
Pero la tecnología las ha hecho
Más destructivas y alienantes
Creando enfermedades tóxicas

Y yo me pregunto porqué
Y les pido por favor
Que acaben las guerras
Cuida de tus crías
Cuida de tu mujer
Cuida de la naturaleza
Y fuente de abastecimiento
No más guerras por favor 

martes, 23 de mayo de 2023

El paraíso interior de tu mente

 


En el paraíso interior de tu mente se cultiva lo que eres. Cuida tus palabras y tus obras. Porque eres lo que muestras. Porque eres lo que dices, lo que piensas.

Cuida tu discurso interior. Porque sacarás más provecho a la vida, si te quieres y tienes un discurso interior amable y bondadoso. No te machaques ni te culpes. Quiérete y se notará en el exterior.

En el paraíso interior de tu mente se cultiva lo que eres. Cuídalo y tendrás un tesoro potencial de sabiduría y bienestar, pues ahí nace lo que proyectas al exterior.

Si eres amable y bondadoso contigo y te quieres, querrás a los demás. Primero resuelve tus conflictos internos antes de proyectar nada.

Filtra. Filtra tus pensamientos, tus locuciones internas, pues es el paso previo a lo que proyectas al exterior. Si eres cuidadoso con esto, tendrás mucho adelantado.

Quiérete y gana confianza contigo misma. Filtra, Filtra todo lo que puedas. Calla y cuenta antes de hablar, respira hondo antes de hablar, antes de proyectarte. Piensa que parte quieres proyectar de ti. Que parte quieres exponer al juicio de los demás. Mientras más confianza ganes en ti misma, menos te importará el juicio de los demás.

Se natural, y si te quieres, y has resuelto tus conflictos internos, ganado confianza y cuidaste tu discurso interior, ya puedes proyectar con toda confianza y naturalidad lo que quieras proyectar, no te olvides de filtrar tus pensamientos y ya lo tienes, puedes comunicar lo que quieras.

Ahora viene la segunda parte. Cuida tu lenguaje, escoge palabras cultas, pero que se entiendan, cultiva tu discurso, ahora sí, el discurso exterior, adquiere vocabulario, mira el diccionario siempre que dudes de una palabra y ya lo tendrías. Ya eres una comunicadora. 

No me refiero a que hagas discursos, sino que ya puedes hablar con confianza en ti misma, en círculos de amigos, más o menos grandes y en círculos, más o menos conocidos, como en el grupo de trabajo, en un viaje en grupo o hasta en la presentación de un libro, como fue mi caso. Ya te puedes defender hablando sin temor en todos los sentidos. 

La clave está en filtrar tus pensamientos, mostrarte natural y cuidar tu lenguaje exterior tanto como tu discurso interno.