Madre del alma, luz que aún me guía,
Aunque el silencio hoy llene tu lugar,
tu voz me abraza, no deja de latir.
Te busco en las flores, en el viento, en el mar,
en ese aroma que el tiempo no se llevará.
Tu risa es eco de un amor infinito,
semilla eterna que en mí sigue vivo.
Madre que falta, pero nunca ausente,
tu amor es raíz que cruza toda fuente.
Aunque la noche cubra tu partida,
eres mi aurora, mi fuerza, mi vida.
No hay distancia que apague tu abrazo,
ni olvido que borre tu sagaz regazo.
Madre del alma, en mi pecho resido:
donde tú estés… nunca te he perdido.
Aunque el silencio hoy llene tu lugar,
tu voz me abraza, no deja de latir.
Te busco en las flores, en el viento, en el mar,
en ese aroma que el tiempo no se llevará.
Tu risa es eco de un amor infinito,
semilla eterna que en mí sigue vivo.
Madre que falta, pero nunca ausente,
tu amor es raíz que cruza toda fuente.
Aunque la noche cubra tu partida,
eres mi aurora, mi fuerza, mi vida.
No hay distancia que apague tu abrazo,
ni olvido que borre tu sagaz regazo.
Madre del alma, en mi pecho resido:
donde tú estés… nunca te he perdido.
en cada estrella tu recuerdo brilla.
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