¡OH! Grandes poemas clásicos que me rodearon de niña.
¡Oh! Grandes poemas que me forjaron el alma mía.
¡Oh! Grandes poemas, si digo grandes no es porque los míos sean pequeños, que por ser queridos, los llevo grabados en mi sentimientos, sino porque los grandes, ellos fueron fraguados en mi infancia y grabados a base de leerlos y repetirlos, entenderlos y quererlos.
¡Oh! Grandes poemas, eternos a vosotros los milenarios dinosaurios del desierto, que me traéis recuerdos del ayer, que por nombraros no quede.
A Rubén Dario y Juan Ramón Jiménez Generación del 27
Maestros de Antonio Machado
Generación del 98.
Y que decir de Miguel Hernández
Poeta del pueblo.
Generación del 27 y 36
Los Cisnes, de uno
Y adolescencia de otros
La guerra, protestas.
Que por mi sentir no quede, el nombraros, grandes poetas de España.
Cómo este paisaje, vivos sus colores en mi retina, ocres, transparencias, azules y ése verde oliva que resalta por encima de todo mi sentir, de mis ancestros y que pondría en un lienzo destacando sus montes y el profundo horizonte
Porque si tiene esta poseía suya, de estos hombres, es hondura, profundidad y venir de antaño, cómo esos dinosaurios milenarios.
Generación del 27, del 36, 98 grandes poetas se forjaron y estudiamos de pequeños.
Aleteando por mi memoria para siempre quedaron y fraguaron mariposas prendidas en mi corazón herido de muerte y sentir por los amores, desamores y mis muertos que por ello soy poeta y mis versos se posan y transmutan a caricias, besos y recuerdos del ayer y que hoy va por ellos, los dinosaurios poetas de mi infancia, para siempre eternos sus versos en mi mente y que acarician el alma.