Tanto te amé
Que el cielo se quebró
Tanto te amé
Que la tierra tembló
Mírame ahora
Ando por los caminos
Sin hallar el mio
La huella que dejaste
Es irrremplazable
Porque mírame ahora
Buscándote en cada lugar
Que fuimos
Porque mirame, mírame, mírame
Mírame, buscándote
Y es que ando loca
Buscándote
Y es que te siento
En mis sueño
Y no te me vas
Del pensamiento
Tanto te amé
Que el cielo se quebró
Tanto te amé
Que la tierra tembló
Y mírame ahora
Recorriendo los caminos
A donde fuimos
Y es que ando loca
Buscándote
Porque ese tiempo juntos
Es irrremplazable
Y es que ya no estás aquí
Y es que ya estás allí
Y el cielo se quebró
Y la tierra tembló
Y ando loca
Buscándote
Mírame, mírame, mírame
Mírame ahora
Solo puedo mirar al cielo
A esa estrella que luce en el firmamento
Y es que ando loca
Buscándote
Cuentos, relatos y poemas sobre la vida, el amor y desamor, a Dios y al hombre. Porque dentro de nosotros hay un mundo entero de palabras, que construimos con el corazón, con el alma y es que la mayoría de las veces no las sabemos decir de viva voz, y hay que escribirlas, porque sentimos a veces tan hondo que las palabras nos quedan cortas o simplemente no sabemos como decirlo para no herir, a veces hablamos sin pensar y al escribir elaboramos más lo que queremos decir.
domingo, 11 de septiembre de 2022
Tanto te amé
miércoles, 23 de junio de 2021
Eres un secreto a voces
No me importa que me miren
Qué piensen lo que quieran
La vida es mía
Y la vivo como quiera
No me importa que me miren
Qué miren cuanto quieran
Yo me siento libre
Capaz de volar
Eres un secreto a voces
No te importe que nos miren
Vive tu vida
No mires atrás
Dame la mano
No te importe que nos miren
Vuela conmigo
Siéntete libre
No mires atrás
Vuela compañero de viaje
Vuela conmigo en paz
jueves, 28 de septiembre de 2017
El Principito y la Rosa
Amar que palabra más inmensa y que difícil,
Sobretodo por lo que implica.... El conocerse.
El conocerse que difícil por lo que implica.... saber del otro.
Donarse que palabra más inmensa por lo que implica..... darse de si mismo al otro.
Conocerse... Donarse al otro, que difícil, por lo que implica...
y amar, tirarse al vacío pero desde el conocimiento del otro y de si mismo.
Si no te conoces ¿Cómo vas hacerte conocer por el otro?,
Eso lo trae consigo el transcurso de la vida y sus experiencias en ella y el aprendizaje de las lecciones que te da la vida.
¿Estás dispuesto a tirarte al vacío pero sin paracaídas, sin el ala y los mandos del parapente?
A mi me gusta volar pero....
Sin red ¿Quién es capaz de tirarse al vacío?.
domingo, 3 de septiembre de 2017
El Jardín de las Palabras
Érase una vez una niña que le gustaba soñar con animales y flores, pero había un hándicap, no podía hablar aunque no le importaba. La pequeña era muy expresiva y se hacía entender, además contaba con una familia y amigos que la querían y protegían.
Un día salió a pasear y por donde pasaba, iba levantado la mano al saludar a unos y otros. Aunque no hablaba era muy popular por su sonrisa, se hacía querer. Había un chico de su edad que la admiraba por su valentía, veía en ella a una luchadora que no se rendía y superaba muchas pruebas en su vida siempre tan sonriente y tan feliz. Él asombrado se preguntaba de dónde sacaba su fuerza, cómo podía ser tan dichosa teniendo ese problema. Un día aprovechando la confianza que se tenían, se lo preguntó y ella tomó su pizarra con la que se comunicaba y le contestó así:
-Hubiera sido peor si hubiera quedado ciega o sorda. Al menos puedo ver las flores, disfrutar de sus colores y olores, escuchar a quienes me rodean, tocar, dibujar, sentir...
-Sí -dijo él-, desde luego que sí. Tienes toda la razón. Eres capaz de hacer muchas cosas.
Se sentían muy a gusto el uno junto al otro y continuaron disfrutando de su paseo.
Ella de repente se detuvo y le escribió:
-Sí, claro. ¿Qué es?
-Un secreto
-Vale
- Pues verás yo juego sola a un juego. Como ves sé leer y escribir desde que voy al colegio.
-Sí. -dijo él
-Pues resulta que las palabras -dijo ella- son preciosas para mí, son el medio por el que me comunico con el mundo.
-Ya -repuso él-, y para todo el mundo, aunque creo que sé a lo que te refieres, para ti son especiales porque no puedes hablar.
-Exacto -dijo ella- y por eso tengo un jardín de las palabras, dónde las cultivo, las riego y las cuido.
-¿En serio? Cuéntame más de tu jardín de las palabras. Me gusta la idea, es muy bonito.
-Sí. Verás. Tengo una teoría y es que cuanto más se lee, más se escribe y escuchas a las personas que te rodean, más aprendes. Aunque no hables, lo aprendido te sirve para comunicarte bien, para escribir mejor y por eso hay que cuidarlas, porque ellas lo dicen todo de ti; reflejan tus sentimientos y emociones, puedes ayudar con ellas, como un psicólogo por ejemplo pero hay que tener cuidado con ellas porque también puedes herir con las palabras. Por eso yo cultivo éste jardín, no está en ningún lugar específico, sino en mi corazón. Creo que cada persona debería cultivar su propio jardín de las palabras y regarlo con amor.
-Es precioso lo que dices...-dijo él- bueno lo que escribes… y comprendo, deberíamos tener cuidado al usarlas; al hablar deberíamos utilizarlas para ayudar y animar en lugar de herir a los demás. Por eso debemos pensar muy bien lo que vamos a decir y cómo, hay que tener en cuenta que la forma es muy importante.
-Sí, ¡exacto! -dijo ella- la forma y el contenido. Yo juego a que las riego y las mimo aunque no somos perfectos y alguna se escapa…, pero veo que el sentido de lo que quiero decir, lo has cogido.
-¡¡Qué bien!! Creo que tienes razón; eso debíamos hacer todos cuidar nuestro jardín de las palabras -dijo él- y regarlo con amor en nuestro corazón, ¡cuánta verdad! entrañan tus palabras y qué bonita es la idea. Desde ahora yo también lo voy a cultivar....
Y así siguieron paseando. Llegaron al claro de un bosque y empezó a subir una espesa niebla y de ella emergió un lindo jardín.
-¡¡Uf!! No sé si estoy soñando o estoy viendo visiones, pero ¿no me ha parecido ver un lindo jardín? -dijo el muchacho.
-Sí -dijo ella- ese es mi jardín; uso un poco de mi magia contigo para mostrártelo. Te estoy enseñando mi corazón.
-¡¡Oh, qué preciosidad!! Muchas gracias, tienes un corazón precioso -dijo él.
-Gracias a ti por darme la confianza para mostrártelo -dijo ella-, eso me habla de la pureza de tu corazón si no, no se hubiera manifestado el jardín.
Así fue como cada uno supo de la pureza del corazón del otro y que se tendrían confianza siempre, y podrían cultivar el jardín de las palabras en su corazón. Y así descubrió su secreto, él se hizo maestro y ya nunca se separaron.