1°Capítulo
Confundida se asomó por el precipicio, no entendía
nada, ¿Cómo había llegado hasta allí? Enseguida se dio cuenta de todo. Se
acordó. Estaba maniatada y no sabía cómo liberarse, solo sabía que sus captores
habían huido dejándola allí.
¿Cómo se liberaría? Y se dio cuenta también que tenía una herida en el vientre, y que el cuchillo estaba allí delante de ella y no lo dudó, lo cogió con la
boca y la dirigió a sus manos para liberarlas y una vez fuera éstas de sus
ligaduras se presionó cómo pudo el vientre, debía cortar la hemorragia. Sentía
que se ahogaba, sentía que iba perdiendo fuerzas a medida que se metía los
puños en el vientre y chilló y chilló... —¡Ayuda! ¡Ayuda!
Pasaron unos muchachos y la vieron de repente y la socorrieron. Uno
sin dudarlo se quitó su camiseta de algodón y la introdujo en su vientre y el
otro con su cinturón lo apretó, llamaron a una ambulancia por el móvil y enseguida
vino y se la llevaron al hospital. No daba crédito, se había salvado.
En el hospital, la policía la interrogó y ella se
presentó como Olga, una química reputada, en el campo de la psiquiatría que
estaba investigando un componente para mejorar, un medicamento que aliviara, la
ansiedad, la depresión, pero lo más importante, quería que el paciente, no
notara efectos adversos en cuanto a que estuviera despierto, atento, no
perdiera la concentración, no notara somnolencia, ni que le anularan el
entendimiento y sus capacidades de decidir.
Se acordaba como con flash de lo ocurrido, pero no podía encajar todas las
piezas.
Estaba en su laboratorio... y uno de sus captores se abalanzó sobre ella y la
derribó, otro, la maniató y entre los dos la introdujeron en un coche y ya no
se acuerda de nada, hasta que despertó en el precipicio.
Los captores le habían robado su investigación, los
tubos de ensayo que tenía de muestra, todavía faltaba mucho para acabar la investigación,
pero era un material delicado y en mano de ellos peligroso, solo que le
añadieran otra sustancia perniciosa y vendieran a drogadictos en dosis que
ellos no sabían medir la proporción, sería peligroso pues todavía estaba por
ver, los efectos secundarios.
Todo lo iba procesando la policía a media que lo contaba Olga y se pusieron
manos a la obra, para apresar a los captores, pero el que se tratara de una
reputada química y hubieran robado en el laboratorio representaba un problema
extra, que sólo podrían solventar llamando a la Dra. Martínez la química que
colaboraba a veces con la policía.
Beatriz Martínez, la química de la policía, admiraba a Olga Salvatierra y se
saludaron en el hospital, todavía ésta convaleciente, como colegas y hablaron
entre ellas, de componentes químicos, con términos que nadie entendía, sólo
ellas, y la Dra. Martínez se puso al día...
Ohh!! 😢😢😢... qué grandes son para mí los profesionales de la psiquiatría... gracias a Dios que se salvó 🙏🙏...y los que investigan para que haya mejores medicamentos con menos efectos secundarios... olé por esas personas 🙏🙏🍀☘️🍂🍁💞💕💖✍️🎼🎶🎵👏👏👏👏😘😘❤️❤️
ResponderEliminarGracias por comentar en este pequeño rincón de mi alma 💕 ♥ 🌺 🌹 🧚♀️ 💐 🧜♀️🍂🧚♀️💐🌺🌹💝🦋🤗😘😘
EliminarQue chula... impresionante!!!
ResponderEliminarMuchas gracias guapa por comentar en este pequeño rincón de mi alma 💕 ♥ 🌺 🌹 🧚♀️ 💐 💕 🦋💝🌹🌺💐🧚♀️🍂🧜♀️🤗🥰😘😘
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