Renglones torcidos de Dios

 

Existen esos renglones torcidos de Dios
Existe esa gente especial
Existen personas más sensibles
A los que llaman locos

Solo porque no siguen las reglas de las personas corrientes no quiere decir que estés loco, sino que eres especial, un ser de luz, con tus diferencias.

Los seres diferentes, y especiales, no los entiende nadie y están desplazados y señalados por la sociedad.

Existen esos renglones torcidos de Dios que hay que marginar por su idiosincrasia
Y no cuidar como se debería por ser seres más vulnerables que los demás.

¡Dios! Esos renglones torcidos de Dios, que paradoja.

¡Dios! Como se puede hacer daño a unos seres de luz, queriendo quitarles sus particularidades, su idiosincrasia, su genialidad

¡Dios! A los renglones torcidos de Dios, dejarlos en paz, con sus familias, en sus casas, bastante tienen con lo que tienen, para que la sociedad se meta con ellos, en vez de cuidarlos, protegerlos, con leyes, en los que se sientan a salvo y no vulnerados

¡Dios! A los renglones torcidos de Dios, esos seres de luz, darles herramientas para vivir en sociedad, porque hay quien puede, otros no, que se les protejan si les falta sus familias. En pisos tutelados.

Ahora algo se está empezando hacer en ese sentido.

¡Dios! Algún día despertarán y nos dirán cómo veían ellos el mundo y nos daremos cuenta, que no son muy diferentes al resto, con sus miedos. Porque vivimos en un mundo terrible lleno de guerras y hambre  y sequía, porque nos estamos cargando el planeta y su ritmo natural. Va muy acelerado.

Hay personas que simplemente le ha tocado una vida dura, llena de sufrimiento y no sabe enfrentarse a la soledad. Porque la soledad sin herramientas puede ser terrible, como un pozo negro. Así se sienten por dentro, en un pozo sin salida y debe ser angustioso, terrible.

Démosles herramientas para combatir esa angustia, pero la química no, por favor, eso los anula y les vuelve zombis, en vez de despertarlos los atonta, enlentece, anula su voluntad. Porque es esa voluntad diferente y particular lo que da miedo a la sociedad.

¡Dios no! Que despierten y nos digan que piensan del mundo y de los que los cuidan, si lo hacen bien.

¡Dios! No los dejes de tu mano
Cuídalos, que son nuestros hermanos más vulnerables y nos necesitan.
Démosles una oportunidad.