Febrero 2008
Érase una vez, una madre y su hija que volvían del colegio en autobús se llamaban: Rosa y María.
María iba entretenida mirando por la ventana, leyendo en alto, los letreros de la calle. Estaba aprendiendo a leer, de repente le dice a la mamá:
-¡Mamá! ¡Mama!, ¡Mira! ¡Mira!.
La niña había visto a la letra “L” parada en el semáforo, se puso en rojo, el autobús para y la letra “L” cruza y cuando va a mirar la madre ya no ve nada, y dice:
-¡Pero hija!, ¿Cómo vas haber visto una letra andando por la calle?, ¡Es imposible mi vida!, Las utilizamos para hablar y escribir y entendernos, pero aunque la lengua está viva. Las letras, el alfabeto no puede andar, ni respirar, ni comer, cielito. Y dice la niña:
- Sí mama, yo lo he visto.
Pasaron otra parada y en ésta lo volvió a ver y esta vez también lo vio la madre.
-¡Es verdad¡ ¡Dijo la madre!.
Ya les tocaba bajar en la siguiente, iban andando, cuando entreteniéndose mirando el escaparate de una tienda, María volvió a llamar a su madre atropelladamente:
-¡Ma-má! ¡Ma-má! No te lo vas a creer, mira, mira. Y en esto, que vieron dentro de la tienda comprando, a la letra “R”, a la letra ”a” “a” y la “u” que iba en una sillita.
Rosa, la madre, se quedó con la boca abierta, muda. Dentro en la tienda estaban despachando con toda naturalidad a lo que parecía ser una familia de letras.
Entraron para comprar y no pudieron evitar sentirse sorprendidas, ni disimularlo. Estaban viendo ropa en los percheros y cada cierto tiempo miraban para ver si seguían ahí, si hablaban, como hablaban, si era el mismo idioma o no se las entenderían. Parece ser que sí, que hablaban igual, e incluso una de las niñas “a” se dirigió a María y tirándole de la falda la saludó:
- Hola, soy “a1” y esos son mis hermanos “a2” y “u” y mi mamá “R”.
-Hola, dijo María un poco aturdida por la impresión. Mirando a su vez a su madre.
Ahora sigue tú la historia...
Cuentos, relatos y poemas sobre la vida, el amor y desamor, a Dios y al hombre. Porque dentro de nosotros hay un mundo entero de palabras, que construimos con el corazón, con el alma y es que la mayoría de las veces no las sabemos decir de viva voz, y hay que escribirlas, porque sentimos a veces tan hondo que las palabras nos quedan cortas o simplemente no sabemos como decirlo para no herir, a veces hablamos sin pensar y al escribir elaboramos más lo que queremos decir.
Bonita propuesta para un original cuento interactivo
ResponderEliminarMuchas gracias. Va a ver una serie de ésta familia tan simpática. Un beso.
EliminarQue bonitoooo e ingenioso!! 😘😊
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