Camino junto al vacío de tu ausencia intentando acallar el insoportable ruido de tu silencio, me duele aprender a fabricar nuevos recuerdos, sin ti nada es lo mismo.
El insondable silencio de tu ausencia, me retrotrae a los tiempos de tu presencia, en familia con amigos. Tu insondable presencia, sin ella estamos huérfanos, mi querido hermano. Te echamos en falta, aunque seguirás por siempre latiendo en nuestros corazones. Somos pétalos de rosas huyendo hacia la eternidad. Y en ella nos reencontraremos. Ya para siempre.
La primera parte es de un microrrelato de un amigo escritor Gabriel Áura Borrajo
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