Tu camino fue arduo hasta la muerte
Una vida consagrada a Jesús
Al apostolado
A sembrar su semilla por los caminos
¡Ay, San Juan cuanto hiciste de bueno
Y con tu amiga Santa Teresa de Jesús
Fundar el nuevo Carmelo!
Porque vuestros caminos son mis caminos
Y algún día he de verme aquí.
Porque me llamas padre
Me llamas y yo hago oidos sordos
Pues el mundo me atrae demasiado
Para dejarlo atrás
¡Ay, San Juan, cuánto de arduo fue tú camino y no por meno, así el mio!
¡Ay, San Juan y Santa Teresa, cuánto he de aprender de vuestra vida, de la mística!
Ya quisiera para mi vuestra fortaleza
Vuestra sabiduría
Vuestra vida contemplativa.
Porque sí, yo me pongo a orar
Pero no llego alcanzar esa profundidad
Ese estasis, entrega y transformación del espíritu
¡Dios cuanto tengo que aprender de vosotros!
Tuvisteis un viaje lleno de sacrificios
De soledades
De hondura
Cántico de mis amores
Espíritu de mis razones
Jesús eres el único que me llena el alma
Vengo a alabarte
A qué me bendigas
¿Donde está esa agua que he de beber
Donde ese pan, ese vino, ese espíritu que ha de llenar de gozo mi corazón?
¿Donde encontraré mi camino?
El camino que me llevé definitivamente a ti
Mi señor por medio de este gozo que siento, entrego aquí mi cántico de alabanza.
Bendíceme y haz que encuentre la Gloria. Amén.