Érase una vez, un libro que de repente se cayó de una estantería.
-¡Ay! Dijo un niño, llevándose la mano a la cabeza, y todas las personas que estaban cerca de él hicieron un signo, de silencio, con el dedo índice en la boca,
-¡SSS!, Estaba en una biblioteca y no se puede hablar en las bibliotecas.
-¡Pero es que me ha caído este libro en la cabeza! Protestó el niño, y todos volvieron hacer el mismo signo de silencio, con el dedo índice en la boca
-¡SSS!.
-¡Hola!, Dijo una voz, muy bajito, El niño miró hacía la voz ¡y provenía del libro!
El niño asombrado se quedó con la boca abierta, y agachándose hacía el libro, que había caído en la mesa, se dirigió a él, como para escuchar, y el libro prosiguió hablándole:
-¡oye!, ¡si, tú! ¿Sabes la historia de esta biblioteca?
-¡No! Dijo el niño. Pero ¿tú, como puedes hablar, si eres un libro?
-Eso no importa ahora, escúchame bien. Levántate despacio y dirígete a esa pared que tienes a tu izquierda y justo debajo del cuadro del quijote a la altura de tu pecho, aunque no lo veas, está el picaporte de una puerta, gíralo y se abrirá una puerta, entra y ciérrala tras de ti.
El niño incrédulo, aunque con curiosidad, por ver que ocurriría tras su acción, se dirigió al sitio indicado por el misterioso libro parlante y aunque no veía el picaporte de la susodicha puerta misteriosa, realizó la acción de girar el pomo, y ¡Zas!, se abrió, la pared, pero lo curioso, es que nadie se fijó en él, ni le echaron de menos, tras desaparecer, tras ella, pues se quedo tan invisible, la puerta tras cerrarla, como si nunca hubiera existido.
Y entonces visualizó lo que le pareció una visión increíble e Indescriptible, se abrió ante sí, un mundo lleno de luz y de color, pasillos, y estancias, estancias y más pasillos, llenos de paredes cubiertas de estantes repletos de libros.
-Pero ¿esto que es? -Dijo nuestro amigo, que creía estar alucinando, y haber perdido la perspectiva de la realidad, o soñando, o que sabía él, solo que aquello estaba fuera de toda lógica.
Y para colmo el libro que le guiaba por aquellos pasillos interminables y estancias desmesuradas, tanto en extensión, como en altura, con algunas escaleras, que se alzaban a los infinitos estantes, ya no sabía como se le presentaba, si volando unas veces, o saliéndole brazos y piernas, o una cara risueña, guiñándole un ojo, cambiaba tanto de forma, que ya no sabía a que ser le hablaba.
-¿Quien eres tú? ¿Y que es todo esto?
-Hola, me presentaré – soy el duende de los libros, pero también me puedes llamar, Robi libro duende- para servirte en esta aventura
-pero yo no quiero vivir ninguna aventura, estaba tranquilamente en la biblioteca y me has interrumpido, y metido en esta locura
-No digas eso, te puedes arrepentir de verdad y volver de inmediato a la biblioteca, sin acordarte de nada, desde el mismo instante que caí sobre ti
Y nuestro amigo se lo pensó mejor, ya que estaba allí que podía perder, pero tenía que estar alerta, con los 5 sentidos atento a cualquier acontecimiento, pues no se fiaba mucho de ese ser tan extraño,
-Un duende, ¿donde y quien ha visto alguna vez un duende?
-Esta bien te seguiré; y Robi se puso a saltar y de repente a volar, y de repente otra vez a saltar, y dar vueltas entorno a él.
-Ven, sígueme y cuidado, mira donde, pisas, porque vamos a ir por zonas que están a medio construir, aquí los duendes, trabajan sin descanso, picando y horadando la tierra, porque tras los muros de la biblioteca, parece que los libros creciera, porque aquí se guarda el gran secreto, -dijo el duende.
-Pero ¿que secreto es ese?, y ¿por qué crecen los libros?, y ¿por qué no paran de construir estancias para ellos?, si ya casi nadie lee libros, estando los ordenadores y el internet, que es más barato y llega a más gente y más rápido. –dijo el muchacho
-¡Jejeje!, has dado en la diana, por eso existe este lugar, eso forma parte del secreto, ¡jejeje! Has dado justo en la diana, volvió a repetir sin dejar de dar saltos a su alrededor el duende.
-¿Si?, pues cuéntamelo ya y no te hagas tanto el interesante
-Bien te lo contaré, ¿Tienes limpias las orejas? Y orienta bien las antenas. –dijo Robi,
-Pero ¿que es eso?, ¡yo no tengo antenas!. –dice el chico
-¡Jejeje!, ya lo sé, es para darle suspense. –dice Robi, ¿sabes de donde viene mi nombre?
-Ahora una adivinanza?
-¡Jo!, para ser un chico, tienes el humor de un viejo cascarrabias
-¡No!, solo que venga, dímelo ya.
-¡Ay! Dijo un niño, llevándose la mano a la cabeza, y todas las personas que estaban cerca de él hicieron un signo, de silencio, con el dedo índice en la boca,
-¡SSS!, Estaba en una biblioteca y no se puede hablar en las bibliotecas.
-¡Pero es que me ha caído este libro en la cabeza! Protestó el niño, y todos volvieron hacer el mismo signo de silencio, con el dedo índice en la boca
-¡SSS!.
-¡Hola!, Dijo una voz, muy bajito, El niño miró hacía la voz ¡y provenía del libro!
El niño asombrado se quedó con la boca abierta, y agachándose hacía el libro, que había caído en la mesa, se dirigió a él, como para escuchar, y el libro prosiguió hablándole:
-¡oye!, ¡si, tú! ¿Sabes la historia de esta biblioteca?
-¡No! Dijo el niño. Pero ¿tú, como puedes hablar, si eres un libro?
-Eso no importa ahora, escúchame bien. Levántate despacio y dirígete a esa pared que tienes a tu izquierda y justo debajo del cuadro del quijote a la altura de tu pecho, aunque no lo veas, está el picaporte de una puerta, gíralo y se abrirá una puerta, entra y ciérrala tras de ti.
El niño incrédulo, aunque con curiosidad, por ver que ocurriría tras su acción, se dirigió al sitio indicado por el misterioso libro parlante y aunque no veía el picaporte de la susodicha puerta misteriosa, realizó la acción de girar el pomo, y ¡Zas!, se abrió, la pared, pero lo curioso, es que nadie se fijó en él, ni le echaron de menos, tras desaparecer, tras ella, pues se quedo tan invisible, la puerta tras cerrarla, como si nunca hubiera existido.
Y entonces visualizó lo que le pareció una visión increíble e Indescriptible, se abrió ante sí, un mundo lleno de luz y de color, pasillos, y estancias, estancias y más pasillos, llenos de paredes cubiertas de estantes repletos de libros.
-Pero ¿esto que es? -Dijo nuestro amigo, que creía estar alucinando, y haber perdido la perspectiva de la realidad, o soñando, o que sabía él, solo que aquello estaba fuera de toda lógica.
Y para colmo el libro que le guiaba por aquellos pasillos interminables y estancias desmesuradas, tanto en extensión, como en altura, con algunas escaleras, que se alzaban a los infinitos estantes, ya no sabía como se le presentaba, si volando unas veces, o saliéndole brazos y piernas, o una cara risueña, guiñándole un ojo, cambiaba tanto de forma, que ya no sabía a que ser le hablaba.
-¿Quien eres tú? ¿Y que es todo esto?
-Hola, me presentaré – soy el duende de los libros, pero también me puedes llamar, Robi libro duende- para servirte en esta aventura
-pero yo no quiero vivir ninguna aventura, estaba tranquilamente en la biblioteca y me has interrumpido, y metido en esta locura
-No digas eso, te puedes arrepentir de verdad y volver de inmediato a la biblioteca, sin acordarte de nada, desde el mismo instante que caí sobre ti
Y nuestro amigo se lo pensó mejor, ya que estaba allí que podía perder, pero tenía que estar alerta, con los 5 sentidos atento a cualquier acontecimiento, pues no se fiaba mucho de ese ser tan extraño,
-Un duende, ¿donde y quien ha visto alguna vez un duende?
-Esta bien te seguiré; y Robi se puso a saltar y de repente a volar, y de repente otra vez a saltar, y dar vueltas entorno a él.
-Ven, sígueme y cuidado, mira donde, pisas, porque vamos a ir por zonas que están a medio construir, aquí los duendes, trabajan sin descanso, picando y horadando la tierra, porque tras los muros de la biblioteca, parece que los libros creciera, porque aquí se guarda el gran secreto, -dijo el duende.
-Pero ¿que secreto es ese?, y ¿por qué crecen los libros?, y ¿por qué no paran de construir estancias para ellos?, si ya casi nadie lee libros, estando los ordenadores y el internet, que es más barato y llega a más gente y más rápido. –dijo el muchacho
-¡Jejeje!, has dado en la diana, por eso existe este lugar, eso forma parte del secreto, ¡jejeje! Has dado justo en la diana, volvió a repetir sin dejar de dar saltos a su alrededor el duende.
-¿Si?, pues cuéntamelo ya y no te hagas tanto el interesante
-Bien te lo contaré, ¿Tienes limpias las orejas? Y orienta bien las antenas. –dijo Robi,
-Pero ¿que es eso?, ¡yo no tengo antenas!. –dice el chico
-¡Jejeje!, ya lo sé, es para darle suspense. –dice Robi, ¿sabes de donde viene mi nombre?
-Ahora una adivinanza?
-¡Jo!, para ser un chico, tienes el humor de un viejo cascarrabias
-¡No!, solo que venga, dímelo ya.
-Bueno esta bien, te lo diré.
Resulta que aquí es donde van a parar los libros olvidados. Como la gente cada vez lee menos, los libros que se editan y nadie lee, o que están en las estanterías de las casas llenos de polvo. Ellos ni se dan cuenta, pero desaparecen de las estanterías de las casas o ellos mismos tiran a la basura, todos por medio de nuestra red de distribución, invisible a vuestros ojos, puesto que hay una gran maquinaria que trabaja por medio de duendes muy profesionales. El primer paso es como ya te he dicho una red de distribución, que se encarga de localizar los libros en las casas y las basuras y de traerlos aquí. Otra es la labor de restauración que se hace seguidamente en una planta especialmente diseñada para ello, con maquinaria muy moderna. Otra es la de ordenado alfabético, o por materias o por autor en las estanterías y otra es la de construcción y ampliación de este lugar, ya que cada vez son los libros que se traen y mayor el sitio que hace falta. Y por eso necesitamos tu ayuda y la de niños como tú, para dar a conocer los libros olvidados y que vuelvan a sus estanterías las de las bibliotecas, casas y que nunca más se olviden.
-¿Pero yo que puedo hacer, como puedo ayudar?
-Leyendo como lo estabas haciendo, y difundiendo la lectura a tus amigos, familia y conocidos, y si me apuras, organizando club de lectura o certámenes, foros, todo lo que sirva para difundir la lectura, paginas web, lo que se te ocurra, nosotros te ayudaremos.
-Me parece una idea fantástica, me entusiasma la idea, y estoy impaciente por empezar, pero ¿como volverán todos estos libros a su sitio?, ¿como haré para que lo lean?, ¿tenéis recogido, por ejemplo un listado de todo el material?, será muy costosa la distribución, ¿traigo aquí a la gente o como?
-De eso nos encargamos nosotros. Te daremos un listado de todos los libros aquí recogidos y olvidados, y te iremos dando un ejemplar para que vayas enseñándolo y haciendo publicidad o distribuyendo la propia lista que te damos para el conocimiento de las personas con las que contactes, te ayudaremos a hacer la pagina web, un local para que la gente lea, como una ludoteca, y difundirás la idea de hacer grupos en las casas de quien se quiera hacer cargo de pequeños grupos de lectura, rotando cada semana en una casa, para el club de lectura.
-¡Me parece fantástico! ¡Una idea estupenda!
Y así es como empezó el nuevo trabajo de difusión de las distintas actividades que iban a diseñar para salvar los libros olvidados. Fue un trabajo muy laborioso que supuso muchos meses de incansable esfuerzo pero a la vez era reconfortable devolver los libros de nuevo a las estanterías de las bibliotecas, y casas de los que quisieran y los club de lectura y la ludoteca tubo mucho éxito, se hacían distintos foros comentando libros por Internet y se hacían grupos en casas de amigos y familiares y eran muy amenas las reuniones. Así se compensó el trabajo de los duendes, y aunque siempre quedaban libros olvidados, era muy reconfortable la labor de nuestro pequeño amigo que consiguió dedicarse a ello hasta el fin de sus días, lo que le hizo inmensamente feliz.
Resulta que aquí es donde van a parar los libros olvidados. Como la gente cada vez lee menos, los libros que se editan y nadie lee, o que están en las estanterías de las casas llenos de polvo. Ellos ni se dan cuenta, pero desaparecen de las estanterías de las casas o ellos mismos tiran a la basura, todos por medio de nuestra red de distribución, invisible a vuestros ojos, puesto que hay una gran maquinaria que trabaja por medio de duendes muy profesionales. El primer paso es como ya te he dicho una red de distribución, que se encarga de localizar los libros en las casas y las basuras y de traerlos aquí. Otra es la labor de restauración que se hace seguidamente en una planta especialmente diseñada para ello, con maquinaria muy moderna. Otra es la de ordenado alfabético, o por materias o por autor en las estanterías y otra es la de construcción y ampliación de este lugar, ya que cada vez son los libros que se traen y mayor el sitio que hace falta. Y por eso necesitamos tu ayuda y la de niños como tú, para dar a conocer los libros olvidados y que vuelvan a sus estanterías las de las bibliotecas, casas y que nunca más se olviden.
-¿Pero yo que puedo hacer, como puedo ayudar?
-Leyendo como lo estabas haciendo, y difundiendo la lectura a tus amigos, familia y conocidos, y si me apuras, organizando club de lectura o certámenes, foros, todo lo que sirva para difundir la lectura, paginas web, lo que se te ocurra, nosotros te ayudaremos.
-Me parece una idea fantástica, me entusiasma la idea, y estoy impaciente por empezar, pero ¿como volverán todos estos libros a su sitio?, ¿como haré para que lo lean?, ¿tenéis recogido, por ejemplo un listado de todo el material?, será muy costosa la distribución, ¿traigo aquí a la gente o como?
-De eso nos encargamos nosotros. Te daremos un listado de todos los libros aquí recogidos y olvidados, y te iremos dando un ejemplar para que vayas enseñándolo y haciendo publicidad o distribuyendo la propia lista que te damos para el conocimiento de las personas con las que contactes, te ayudaremos a hacer la pagina web, un local para que la gente lea, como una ludoteca, y difundirás la idea de hacer grupos en las casas de quien se quiera hacer cargo de pequeños grupos de lectura, rotando cada semana en una casa, para el club de lectura.
-¡Me parece fantástico! ¡Una idea estupenda!
Y así es como empezó el nuevo trabajo de difusión de las distintas actividades que iban a diseñar para salvar los libros olvidados. Fue un trabajo muy laborioso que supuso muchos meses de incansable esfuerzo pero a la vez era reconfortable devolver los libros de nuevo a las estanterías de las bibliotecas, y casas de los que quisieran y los club de lectura y la ludoteca tubo mucho éxito, se hacían distintos foros comentando libros por Internet y se hacían grupos en casas de amigos y familiares y eran muy amenas las reuniones. Así se compensó el trabajo de los duendes, y aunque siempre quedaban libros olvidados, era muy reconfortable la labor de nuestro pequeño amigo que consiguió dedicarse a ello hasta el fin de sus días, lo que le hizo inmensamente feliz.
Amor por los libros, fomentar la lectura en un entrañable relato
ResponderEliminarMuchas gracias por entrar y comentar, me emocionas
EliminarQue bonitoooo!! Es una manera de hacer que la gente se conciencie y lea más y mejor... Besos😘😘
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