
Te envuelves en blanco armiño,
tu piel de cafetal,
andando con paso firme
sin ocultar tu singularidad;
todavía no estamos acostumbrados
y te muestras orgullosa.
Yo sin embargo con piel
de alabastro,
me oculto bajo mi chupa
de cuero negro.
A ti te gusta sobresalir
a mí disimular;
somos diferentes por
fuera y por dentro,
pero a las dos
se nos adivina el miedo.
Salgamos al universo,
seamos nosotras mismas;
el mundo es el que tiene
que cambiar.
O a otra estrella iremos a parar,
donde podamos vivir en paz;
sin fronteras,
a la luna a celebrar,
cincuenta años del paso
del hombre.
La próxima irá
una mujer
al espacio
a conquistar
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