11° Capítulo
La Dra. Martínez se encerró en el laboratorio de la policía, con la solución robada para analizar cada componente y compararlo con el suyo propio, sabía que le faltaba uno, y no daba con él.
Y probó con ratas, pero en estas no parecía observar nada distinto a su naturaleza hizo dos grupos uno le dio la suya y a otro grupo le dio la de la Dra. Salvatierra y pareció que el grupo de la Dra. Salvatierra estaba más relajado que el grupo de la Dra. Martínez. También quería observar los efectos secundarios, pero no obtuvo ningún resultado en ese aspecto.
—¡Vaya! No consigo ningún progreso —se lamentó
Y comentó su falta de progreso con el grupo de investigación.
Por otro lado estaban las pesquisas sobre el asesino de la Dra. Salvatierra. Estaban interrogando al grupo guía, detenido por fin.
El líder, Santana no soltaba prenda.
—Venga Santana, no me hagas perder el tiempo. ¿Donde están los muebles de la casa de la Dra. Salvatierra que pretendíais con llevárolos, que buscabais?.
—Las joyas, no te jode —dijo Santana
—Venga que te vamos a reducir la condena si colaboras
—Mira, no tengo ni idea de los muebles, si entramos al piso, si, puede ser que se nos fuera la mano, con lo de la cabeza. Pero el piso estaba ya vacío cuando entramos, solo queríamos que nos diera información sobre la solución, sobre la investigación, había un componente, que nuestros químicos no daban con él y no nos atrevíamos a poner en el mercado así como así, tenemos nuestro código ético, aunque no se lo crea.
—Ya vuestro código ético es tan ético que llegáis a matar por querer averiguar un componente de una solución química, porque no sabéis los efectos secundarios que puedan tener para vuestros compradores, ¿No es así?
—Ya les he dicho que se nos fue la mano, ella se resistió, hasta luchó y se abalanzó sobre mí, lo que hice fue defenderme. Estoy diciendo la verdad, y les digo una cosa, esa mujer no estaba bien. Estoy segura que fue ella la que vendió los muebles, la que vacío el piso, porque quería irse a otro lugar. Yo que se lo que andaba por su cabeza.
La Dra. Martínez no daba crédito cuando oyó la grabación. ¿Cómo iba a vaciar ella el piso? ¿Qué tenía pensado hacer y por qué?¿Adonde pensaba ir y por qué?
Ahora lo que importaba era sacar el componente químico que faltaba para poner hacer honor a la investigación de la Dra. Salvatierra y ponerla al mercado. Las farmacéuticas como siempre querían coger tajada, eran las mayores interesadas. Y había datos que una muy importante se había puesto en contacto con ella, con la Dra. Salvatierra en los últimos días, eso también habría que investigarlo.
Pero lo más importante habían cogido al asesino, y había confesado él solito.
Ella, la Dra. Martínez no se creía nada. Santana no había sido, no la había matado él, lo que no sabía es el interés en confesar un crimen que no había cometido.
Cuentos, relatos y poemas sobre la vida, el amor y desamor, a Dios y al hombre. Porque dentro de nosotros hay un mundo entero de palabras, que construimos con el corazón, con el alma y es que la mayoría de las veces no las sabemos decir de viva voz, y hay que escribirlas, porque sentimos a veces tan hondo que las palabras nos quedan cortas o simplemente no sabemos como decirlo para no herir, a veces hablamos sin pensar y al escribir elaboramos más lo que queremos decir.
Muy interesante...... haber qué se encuentra en la muestra recuperada
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar en este pequeño rincón de mi alma 🌹 🧚♂️ 🧜♂️ 🧹 🧙♀️🍂🦋🕯🧜♀️🧚♀️💐🌺🌹💝🤗😘😘
EliminarOhh!! Qué intrigada y que interesante está tú novela....me encanta...deseando saber el desenlace final...🍁🍂🌹💖❣️💕🎼🎵🎶🎁🍀💐🦋👏⚡😘❤️
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