Oasis del silencio

 

En el oasis del silencio de mi dormitorio,
Te escribo padre.

A ti que todo lo ve y lo entiende
A ti que sabes de mis miserias

A ti que me perdonas
A ti que me amas

En el oasis del silencio, te siento
Te sueño, te alabo

Padre mío
En esta hora de la madrugada
Te percibo más fuerte

Dame fuerzas para seguir
Alas para volar

Porque tras la noche, viene el alba
Y cuando escucho los pájaros

El rocío de la mañana
Y apunta el día...

Otra vez empieza a correr las horas frenéticas en la actividad diaria

Y siento que te alejas de mí
Por su ruido ensordecedor 

Quiero que llegue la noche,
Para escribir y sentirte a mi lado

En el oasis del silencio
Me da hasta la hora del amanecer

Por querer alargar la noche,
No sé qué haría

Porque durase más este tiempo de silencio
Este rato contigo,  mi padre querido

En el qué te siento más cerca que nunca
Porque en la madrugada no corren las horas

Porque me arrulla el sonido sordo de las chicharras

Porque el tiempo parece que no corre
Y me concede una tregua

En que me siento uno contigo
En una simbiosis de alianza y confianza

Porque en este oasis del silencio
En el que te escribo, padre mío

Mi alma canta de felicidad por dentro
Porque en esta calma de la madrugada

En este oasis de silencio
Te percibo, pausado y lento

Y siento paz, calma, dicha
Y que todo está en orden

Dame fuerzas
Dame alas para volar

Porque sé que tu fuerza está en el amor de tu madre

Y a mi me guarda cada noche la imagen de la virgen de la servilleta.

Porque ella es única
Me guarda y custodia cada día

Gracias por concederme este tiempo
De simbiosis contigo

En el oasis del silencio