lunes, 18 de noviembre de 2019

Latido



¿Qué es al fin y al cabo?
Sino un esbozo de vida
Latido

¿Qué es al fin y al cabo?
Sino un comienzo,
un pálpito,

El insinuarte que llega,
pero no es sino cuando acaba,
cuando te das cuenta de su falta.
¿Qué se puede hacer?

No hacer nada
Dejarte llevar
La vida te enseña

Cada paso te lleva a un lugar
y es al que quieres ir
o aprendes de que ese no era

Pasos, latidos,
todo es empezar
echar andar

Cuanto te enseña la vida
hasta no poder ser más.
Ve, camina, late al compás

O descompas de la vida,
pero no mires atrás,
o mira, para no regresar.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Luz de una estrella muerta



Ya estoy cansada de ésta sinrazón
de no estar por entero en este mundo,
no pertenezco a él.
Soy de otra estrella
y allí me voy, con el Principito.
Ya no puedo más
me está siendo imposible
concentrarme en mis metas,
lograr mis anhelos,
no me veo capaz,
dueles demasiado,
cada paso que doy
es como si lo diera un pesado gigante.
Quiero volar cuál mariposa;
Cabalgar cuál rocinante;
Y eso haré como hiciste tú.
No soporto perderos.
Quedarme sola.
No puedo coger ni un avión,
ni alojarme sola en un hotel,
me veo incapaz de seguir,
estoy cansada de vivir,
ya no puedo más,

Me siento acosada.
Me siento atrapada.
Ya no puedo más,
volaré contigo,
no me dejes atrás.
¿Por qué te fuiste sin mi?
¿Tanto daño te hice,
que no lo pudiste soportar?
¿Por eso te fuiste?
¿Porque no me llevaste contigo?
¿Porque me has hecho vivir estos años?
¿Para que?
¿Que necesidad hacía pasarlos?
Si yo morí y me fui contigo.
Aquel lunes, lunes fatídico.
Solo soy un fantasma;
Un ser agonizante que transita
por esta estrella moribunda.
Yo no pertenezco a este mundo;
Soy de otra estrella
Y morí hace muchos lustros.
Solo soy la luz de una estrella muerta.

viernes, 2 de agosto de 2019

Pintar

Uno de mis cuadros. Acrílico sobre lienzo


Me encanta pintar flores.
Cuadros de ventanas,
paisajes, retratos, con flores.

Me encanta pintar parques,
el mar, el cielo, la luna;
los reflejos de edificios
en el agua; el atardecer.

Que imprimen vivos colores
en oleo, acrílico, ceras pastel.

Me encanta pintar.
Que no acabe mi inspiración.
Que me vea pintando de mayor.

En cualquier paraje singular,
caballete, pincel en mano;
pintando del natural.

Paisajes idílicos, retratos
y que no falten las flores,
las flores jamás.


jueves, 1 de agosto de 2019

Consintamonos ser felices

Mixta, Acrílico y Ceras Pastel en Papel Canson 

Cuando no somos lo que somos
sino lo que los otros quieren que seamos...
No vamos, nos llevan.
No hacemos, nos sucede.
No elegimos, nos imponen.
No creamos, imitamos.

Cuando no somos lo que somos
Nos estamos rindiendo
No somos leales a nosotros mismos
A nuestros sueños
Sino que nos dejamos llevar
Por otras personas
Que nos dirigen

No lo consintamos
Seamos fieles a nosotros mismo
Dejémonos de filtros
Dejémonos de películas
Dejémonos de disimular

No lo consintamos
Seamos fieles a nuestra historia
Creyendo en nuestras capacidades
Consintamonos ser felices
Y ganar la partida


lunes, 29 de julio de 2019

Volar



Volar implica templanza.
Una visión global del medio.
Un control de tu aparato.

Volar implica aventura,
ilusión, y ser consciente
del riesgo.

Hay que estar hecho
de una pasta especial,
de los que no tienen miedo

Para volar,
 hay que ser auténtico,
ahí no valen medias tintas.

Para volar,
se está o no se está,
porque arriesgas tu vida
y eso te hace grande,

Porque volar,
te hace uno con los elementos,
unido por un hilo invisible,
que no se puede cortar,

Porque volar,
te hace único,
especial.

martes, 23 de julio de 2019

Andar por el parque

Uno de mis acrílicos sobre lienzo

Andar por el parque,
momentos que me recuerdan al ayer,
cuando jugábamos de niños
en la plaza,
y dábamos de comer
a las palomas.
De Sevilla a Úbeda,
aquí no es igual.

Ahora hay rutas por
parques urbanos, 
en León;
lo necesito
como el respirar,
árboles,
zonas verdes,
pisar los parques,
ir al bosque,
al monte,
caminar

Estuve dos veranos
en la Sierra de Cazorla,
Segura y las Villas;
y de pequeña en Tiscar,
río Borosa,
una maravilla;
quiero volver
y hacer rutas,
senderismo.

Lo necesito como el respirar,
sentir el frescor que da
el verdor de los árboles;
Lo dicen ya hasta los médicos,
que es salud,
bienestar.


lunes, 22 de julio de 2019

Mirar hacia Adelante



La transformación está en el interior.
Para eso tienes que formarte,
no dejar nunca de aprender,
de leer

Cuando uno hace un receso
de su vida
y ve que ha perdido el tiempo,
que su vida ha sido
una serie de equivocaciones;
tiene que perdonarse,
y no machacarse;
seguir adelante,
sin sufrir por lo
que hubiera sido o no.

Mirar hacia adelante,
es el gran regalo
que te hace la vida.
Siempre hay un nuevo amanecer,
un nuevo horizonte;
nuevos proyectos,
sueños e ilusiones

domingo, 21 de julio de 2019

Paso firme por la Luna



Te envuelves en blanco armiño,
tu piel de cafetal,
andando con paso firme
sin ocultar tu singularidad;
todavía no estamos acostumbrados
y te muestras orgullosa.

Yo sin embargo con piel
de alabastro,
me oculto bajo mi chupa
de cuero negro.

A ti te gusta sobresalir
a mí disimular;
somos diferentes por
fuera y por dentro,
pero a las dos
se nos adivina el miedo.

Salgamos al universo,
seamos nosotras mismas;
el mundo es el que tiene
que cambiar.

O a otra estrella iremos a parar,
donde podamos vivir en paz;
sin fronteras,
a la luna a celebrar,
cincuenta años del paso
del hombre.
La próxima irá
una mujer
al espacio
a conquistar

sábado, 20 de julio de 2019

En lo más Profundo de mi Ser



















En lo más profundo de mi ser,
hay una superviviente,
una perfeccionista.
Con alas de mariposa,
con sandalias de peregrina.

En lo más profundo de mi ser,
hay una luchadora,
una inconformista.
Con alas de mariposa,
con sandalias de peregrina.

En lo más profundo de mi ser,
ando por mil caminos,
hasta encontrar el mío.
En mis sueños,
estás tú dándome la mano.

En lo más profundo de mi ser,
en mis sueños,
estamos los dos volando.
Participando del camino,
ya por fin hallado.

Porque la senda,
se recorre andando.
Y los sueños,
soñando,
volando



viernes, 19 de julio de 2019

Dirigir mi senda



De mi boca
sales derramada.
De mis ojos
sales diluida.
No quiero tocar
No quiero sentir.

De mi cabeza
sales deformada
De mi espalda
sales dolorida.
De mis manos,
de mis pies.

No quiero sentir más
duele demasiado.
No quiero más
mentiras,
más derrotas,
más engaños.

Quiero afrontar la vida
como venga
la película.
No me dejaré llevar,
soy la actriz protagonista,
ya no más.

No seguiré la senda,
no seguiré lo marcado.
Lucharé por hacerme ver,
por conseguir un lugar.
No soy una marioneta,
que se la pueda manipular.

Ya esta bien de fingir
que no me doy cuenta.
Ya esta bien,
se acabó.
Quiero participar en ella.
Dirigir mi senda.

jueves, 18 de julio de 2019

Ocaso



Que esperamos en la vida
sino la muerte.
No importa nada,
nada que hagamos
nos librará de ella.
Solo podemos soñar,
cumplir nuestros sueños,
en la medida de lo posible;
ahí esta nuestra fuerza,
en nuestro compromiso
con nosotros mismos.

El de cumplir nuestros sueños,
pese a quien se ponga
por delante
Pese a quien esté en contra.
Nadie tiene derecho a meterse
en nuestras vidas.
Debemos ser fieles a nosotros mismos,
sin hacer caso de terceros.

En el ocaso de nuestras vidas,
solo nos queda disfrutar,
ser fieles con nuestros sueños,
¿Qué si no?
Las personas bien intencionadas
que nos limitan,
que nos restringen,
que no saben de nuestra fuerza interior,
no debemos tenerlas en nuestras vidas.
Son una piedra en el camino,
en nuestro compromiso
con nosotros mismos.
Nos intoxican.
Debemos seguir adelante,
a pesar de ellas.
Que nada nos desvíe del camino.

miércoles, 17 de julio de 2019

El Camino




La mañana soleada del 5 de junio del año 2019, miró por la ventana y se dijo a sí mismo, ya está bien, me apetece caminar. Vivía en Galicia y estaba jubilado por una enfermedad mental a consecuencia de haber tomado drogas siendo más joven, pero Carlos Pozuelo solo tenía 40 años y muchas cosas que decir y hacer. Era muy inteligente y vivía en su particular mundo de fantasía, que sabía convertir en una afición escribiendo cómics para un periódico. Le costaba salir de casa y tenía poca vida social; era independiente, pero muy protector de su familia, tenía una hermana y sobrinos que le querían y le gustaban lo que hacía, aunque su hermana tenía que poner orden porque le gustaba acumular cosas, sobre todo los libros de fantasía. Era algo impulsivo y ese 5 de junio se propuso salir, quería prepararse para hacer el camino de Santiago, su sueño, lo hacía todos los días. Caminar le encantaba, las otras salidas eran contadas, para entregar su tira del cómic al periódico, hacer la compra y poco más.
Ese 5 de junio fue el primero. Durante un mes enteró siguió la misma rutina.  Su sueño era hacer un día el Camino de Santiago. Su hermana lo sabía y lo animaba, le decía que el pasado había quedado atrás, que tenía que proponerse cumplir sus sueños, dentro de los límites de su enfermedad, que el camino de Santiago, podía realizarlo en trayectos cortos y descansar en los albergues y se ofreció a prepararlos juntos y a que participaran sus sobrinos también, seguro que les gustaría acompañarlo, irían todos, ella, su marido y sus hijos Juan, Isabel y Catalina. Eso animó a Carlos. Sofía su hermana, era 3 años mayor que él y en el fondo es quien la cuidaba. Sus padres estaban muy mayores y comía con ellos los domingos; su relación con ellos era difícil, pese a su edad tenían carácter y discutían por naderías y eso le ponía nervioso y le consumía su poca energía de por sí ya frágil. A pesar de eso, él era lo primero para ellos y se querían todos mucho, aunque les era difícil asumir la enfermedad de Carlos, sus padres eran indulgentes con él. También le animaron a hacer el camino de Santiago.
Así que, dicho y hecho, se prepararon el Camino, las rutas, los albergues de paso, todo con un mapa. Los niños estaban felices, eran jóvenes en sus vacaciones de secundaria y eso animó también a Carlos, en el fondo era muy familiar.
Un mes después iniciaron ruta, lo harían desde León. Un tramo no tan extenso como el del Vasco-Francés que pensaron primero, querían hacer un camino realista y sin mucho riesgo, no sabían muy bien que les podía pasar, cualquier cosa al fin y al cabo, pero todos harían piña entorno a Carlos y lo protegerían; y así llegó ese 5 de Julio, una mañana espléndida, los pronósticos eran buenos, pero la dualidad de su personalidad no se lo hacía fácil. Lo tenía ahí, un pie dentro y otro fuera, qué pasaría con su casa, con sus tiras de cómics, había hablado con el periódico y le habían animado a escribir sobre el viaje, como lo veía él, desde su punto de vista y eso es lo que haría.

–¿Vamos Carlos? ¿Preparado? —Le dijo Sofía que le había ayudado con su mochila; él la quería llenar de libros y de papel, libretas para sus apuntes sobre los cómics, pero su hermana supo mediar y lidiar con esa inicial gana de acumular y él también se convenció.
Le costaba, le costaba pero salió por fin de casa e iniciaron ruta y se sintió animado al caminar rodeado de su familia que lo arropaba y paso a paso se veía libre, libre de lo que había sido su vida, un cumulo de adversidades y errores, él no se sentía enfermo, él lo veía como una serie de equivocaciones del pasado, sin que él hubiera podido remediarlo, como si él fuera un mero espectador de la película de su vida; así se sentía, como un mero espectador, sin poder poner solución a nada de lo que le pasaba, se dejaba llevar por esa película. Pero ahora se sentía coparticipe, sentía que caminando podía cambiar el trascurso de esa película y se sentía bien con esta faceta de caminante, como si cada paso le diera alas, sí, eso era exactamente lo que sentía, que tenía alas y que podría llegar al final del camino.
Este camino era el inicio de los muchos que iba a hacer en su vida. En este viaje se propuso por fin cambiar su vida, lidiar poco a poco con su enfermedad, dar poco a poco pasos para verse mejor. Este camino le estaba sirviendo para reflexionar, como había vivido y como se había visto desde fuera y que tenía que cambiar la perspectiva, el prisma desde que la veía y que era el actor principal, debía verla desde dentro.
Y con estos pensamientos caminó junto a su familia, respiró y se sintió por fin en paz consigo mismo en mucho tiempo.

viernes, 12 de julio de 2019

Autorretrato



Prisma.
Me gusta verme de esta manera:
incompleta,
imperfecta,
inacabada.
por no practicar una cesárea
la incógnita de mi vida
la X de la ecuación
por eso el misterio.
¿Qué hubiera pasado si…?
¿Quién sería si…?
¿Quién soy al fin y al cabo?
¿Si no una incógnita?
¿Un misterio?

Prisma.
Me gusta verme así,
con miles de triángulos,
con miles de colores
Que giras para crear una imagen
deformada
Y, a su vez,
ilusionada por la vida;
a veces eso sí,
que otras me fallan las fuerzas.

Prisma,
En el que se ven una y mil facetas
Pintora, escritora, estudiante, lectora
Amante de la música y del teatro 
De la vida al fin y al cabo,
que giras y sale otra faceta:
viajar

Prisma.
Gira los triángulos de colores.
Deforma la imagen.
Eso es mi vida:
Un prisma.
Un calidoscopio.
Una X.
Una incógnita.

lunes, 17 de junio de 2019

Piano 2


Teclas de marfil
Dientes de León
No, de elefante 

Tú que sabías a melancolía,
Tú que sabías a voz dormida
Tú que me hacías soñar 
Tú que me hacías volar

En la espesura del bosque 
En una casa de balcones al sol
De ventanas abiertas 
Y luz de luna, 
De luciérnagas 

No te detengas niña
Toca de ensueño 
De altura
Toca bajo el sol
Bajo las estrellas 

No te detengas niña
Porque tú voz
Es llama viva,
Es fuente clara
Me sabe a Dios

viernes, 14 de junio de 2019

La Casa Verde de la Colina


Salgo de las profundidades y me dirijo a ti. Quiero decirte que me dejes, una vez más, surcar los cielos, los mares y la tierra, porque para eso vine al mundo. Vine a admirar la creación que una vez nos regalaste y que hiciste posible con esta inmensa naturaleza tan precisa para nuestra subsistencia.
Es tan admirable y grande que no encuentro palabras para expresar mi agradecimiento por esta belleza. Solo enséñanos a perpetuarlo para que nuestros hijos puedan disfrutarlo y admirarlo.
Que el orgullo y el egoísmo no nos devore. No destruyamos estas maravillas que una vez pusiste sobre la faz de la tierra, de las aguas y del cielo.
Danos las herramientas para hacer entender al hombre que esto no es eterno, que todo acaba y que hay que cuidar el regalo que una vez nos hiciste.

Sofía y Pedro vivían solos en una casa de campo, rodeados de naturaleza. Solían poner música. Unas veces los acompañaba la radio, otras veces los discos de vinilos, que ya escaseaban. Ella los guardaba como un tesoro. Sofía los ponía en su tocadiscos de aguja, otro de sus tesoros junto a sus libros. Se habían quedado huérfanos y desde entonces habían estado viviendo solos. Su vieja tía, les ayudaba como podía, vivía enfrente, en otra casa de campo. Habían hablado muchas veces de unificar las viviendas, pero ambas partes, querían guardar al mismo tiempo su intimidad e independencia.
A veces la tía hacía largos viajes por España y el extranjero. Le encantaba viajar y pasar largos periodos de tiempo fuera. Cuando volvía, les contaba a Sofía y Pedro las historias de sus viajes y les enseñaba fotos. Era una profesional muy buena de la fotografía. Por su profesión, periodista, había hecho reportajes por el extranjero. Incluso de jubilada no dejaba esos viajes. Decía que había muchos sitios por conocer.
A veces se llevaba a sus dos sobrinos con ella, cuando coincidía con el periodo vacacional. Sofía, la hermana mayor, era maestra y le encantaba serlo. Iba al pueblo de al lado con la camioneta, para desplazarse mejor por el terreno accidentado del campo, porque la escuela estaba en el pueblo de al lado, a varios kilómetros. En ella llevaba a varios niños, Junto a su hermano que le ayudaba como monitor de apoyo y les daba clase en un aula unificada, en la que había varias edades y niveles de aprendizaje. Era muy guay, porque ponía a los más pequeños “por rincones”; podían ir de un rincón a otro, y cada rincón era de una actividad y temática diferentes: estaba el rincón de la cocinita, el de trabajos manuales y pintura. Había otro de talleres de marioneta, con muñecos hechos por ella, tanto de manopla como de dedo, o hechos con un palo de polo (todo era muy ingenioso). Estaba el de los disfraces, en el que sacaba de dentro de un gran baúl los trajes y pelucas, y había caretas, y bigotes y barbas… ¡Era muy divertido! Y enlazabas uno rincón con otro… Te podías disfrazar de lo que quisieras e ir al rincón de la cocina, o al de las profesiones, o al taller de manualidades y pintura.
 Sofía también trabajaba por proyectos y cada mes tenía una temática: el cosmos, las estaciones… o lo enlazaba trasversalmente con el clima. Tenía muchas maneras y todas divertidas de trabajar con los niños, de forma que no parecía que estuvieran trabajando o en un cole tradicional, porque no lo era. Podían deambular por el aula, sin sillas, ni mesas. Podían, si hacía bueno, dar la clase fuera, en medio de la naturaleza, ¡y era fantástico!
Los mayores sí tenían mesas, pero también podían o bien ponerlas en círculo, o levantarse y ayudar a los pequeños con los talleres y disfraces, fabricándolos ellos mismos. O haciendo las letras gigantes y saltándolas mientras la nombraban. Con ellas construían palabras. Eran aros gigantes que estaban diseminados por el espacio del aula y les encantaba jugar a hacer frases.
Y así pasaban la mañana en la escuela. Luego regresaban a la casa y la tía les tenía preparada la comida; comían los tres juntos. Luego la tía se iba a su casa. Ella sí tenía televisión y le gustaba ver la telenovela. Mientras, Sofía y Pedro le daban de comer a los animales. Tenían un caballo, un gato y un perro. Y hasta una charca con un pato, ¡era divertidísimo!
 —. Más bien una oca, porque entraba a la casa y todo. Y se ponía delante de la chimenea, y luego salía y volvía a la charca. Pero a las noches, Sofía la dejaba quedarse en la cuadra. Allí se reunían los animales. Era muy gracioso verlos reunidos como en asamblea; parecía que se entendiesen y hablaran de sus cosas. A veces se reunían con ellos en vez de que ellos entraran en la casa. Podían hacerlo todos, menos el caballo, ¡claro! El hecho, es que Sofía acababa muchas veces contando cuentos en la cuadra, rodeada de los animales, que de vez en cuando le tiraban de una página. Muchos cuentos acababan con mordeduras o con algún zarpazo del perro, una huella sucia de su zarpa llena de tierra. Entonces Sofía hacía un mohín, y se ladeaba, pero sonriendo, y entonces por el otro lado venía el gato, que se subía a su regazo porque quería que dejase el libro y le hiciera mimos.
 » Las noches antes de acostarnos eran muy amenas; a nosotros no nos hacía falta la televisión para nada. Si estábamos fuera, disfrutábamos de la naturaleza y escuchando los cuentos de Sofía o, si estábamos dentro, al calor del hogar de la chimenea. O poníamos música y leíamos tranquilamente. Así nos podíamos pasar el rato sin darnos cuenta. Había veces que me dejaba ayudarla en la cocina, cuando hacía la comida para el día siguiente, para que la tía solo tuviera que calentar. No le gustaba abusar de ella, y así se distribuían las tareas. El sábado era el tiempo de ir también al otro pueblo que tenía una tienda en la que comprábamos todo lo que necesitábamos y lo traíamos en la camioneta.
» Pero un día fuimos al médico, porque Sofía no se encontraba bien, y eso me preocupó. No quería que pasara como con mamá o papá, pero la historia se repitió. ¡Sí!, iba a ser ese fatídico día de una revisión rutinaria, cuando le anunciaron que tenía cáncer y que, o se operaba y le quitaban un pecho, y luego le daban la quimio, o… Pero mi hermana no quiso oír hablar de aquello. Se levantó, impasible, me dio la mano y salimos de la consulta del médico.
—No vamos a pasar otra vez, conmigo, lo que pasamos ya con nuestros padres: de médico en médico, de consulta en consulta… hasta el final. Nos vamos a casa y seguiremos viviendo como hasta ahora. Y que pase lo que tenga que pasar… —dijo Sofía.
Y fue esa noche cuando nos contamos un cuento, nada convencional…
Como a veces hacíamos desde pequeños, como nos hacía nuestra madre, el empezar uno con una frase y seguir el otro, y concadenar las historias, y salían cosas chulas; Ésta, una de ellas…
“Esa majestuosa criatura se dirigía directamente hacia mí y besé su hocico. seguía siendo tan natural para mí estar con ella… La había criado desde bebé, y no me imponía su tamaño, no me impresionaba. Era tan maravilloso volar cabalgando a su lomo, galopando al viento a toda velocidad, con la manada de caballos salvajes por las marismas del Parque Natural de Doñana… Pensar que tenía mi propia criatura, mi propio caballo, era una de mis grandes satisfacciones en la vida, junto con haberlo podido criar desde pequeño y ver en el precioso ejemplar que se había convertido. ¡Estaba eufórica! Solo esperaba que causara sensación en el hipódromo. ¡Había nacido para correr! ¡Nacido para ganar! Lo tenía bien enseñado y era mi mayor orgullo. A ver cómo se comportaba en los cajones de salida, que era el momento peor. Pero no, no me iba a decepcionar. Aunque fuera su primera carrera, iba a ser espectacular y causaría una gran sensación.
¡Venga, Negro, que nos vamos a tu primera carrera! ¿Estás nervioso? ¡Es natural! Toma una manzana, que tanto te gusta…
De repente, extendió sus alas y voló sobre mi cabeza. ¡Sí! Era una majestuosa criatura, pero no un caballo sino un unicornio blanco. Mi amigo. Mi familia. Lo había criado desde que lo encontré, solo, perdido en el bosque y ya nunca nos separaríamos. Para los demás sería un caballo de carreras: para mí, era mi alado compañero mágico.”
—¡Qué bien! ¡Qué bonito! —dijo Pedro.
Estaban como siempre en el salón y con su vieja tía, al calor del hogar. El periódico en donde había trabajado la tía estaba en la capital, sí, porque ella había vivido en Madrid toda su vida. Hasta que decidió venirse más cerca de sus sobrinos para echarles una mano, aunque tomaron la decisión de hacerlo de esa manera tan curiosa, cada uno en una casa diferente…
Y al día siguiente Pedro le propuso una idea que le rondaba la cabeza a la tía, y ella se interesó por el proyecto. Ya sería su proyecto juntos: “El proyecto Sofía” del que saldría su nuevo libro. Pero no se podía hacer sin contar con ella. Ella tenía que elegir y corregir y reescribir de nuevo sus historias y darles forma de libro. Todo sería muy laborioso, pero así la tendrían entretenida e ilusionada con el nuevo proyecto.
Y Sofía se entusiasmó con la propuesta de su hermanito:
 —¡Vaya hermanito!¡Una idea genial! Voy a rebuscar por los cajones y en mi baúl que ahí guardo los de la primera etapa, cuando vivían papá y mamá.
Y se puso manos a la obra. Le gustaba escribir y corregir sus cuentos de noche, después de que Pedro se durmiese. No se sabía cuándo descansaba, porque a primera hora de la mañana ya estaba preparando el desayuno y había adecentado el establo y dado de comer a los animales.
Y pasaron unas semanas…
—¡Venga hermanito! Que nos vamos a la escuela. Hoy les tengo a los niños, una sorpresa ¡Y a ti, claro!
—¿Qué es?, ¿qué es? —preguntó Pedro entusiasmado.
—Pues verás, tengo preparada aquí una selección de mis cuentos ya corregidos, y quiero organizar con ustedes, que sois mi público por excelencia, si no decir el único, —Y se rio ella sola—, una primera lectura. Sé que, a la vez, sois un público exigente y que no os calláis una, así que me servirá de medidor de la valía de mis cuentos.
—Pero si ya te los hemos oído contar muchas veces… Nos los has contado casi todos, a no ser que tengas alguno nuevo. Y sabes que nos entusiasman tus cuentos y, además, la manera tan expresiva de contarlos. ¡Es que parece que los vives, o los radias, como una locutora de radio! Tienes un público entregado y ya rendido a tus pies—dijo riendo el hermano.
Sofía leyó el primer cuento, y el segundo y el tercero, y todos, al acabar cada lectura, aplaudían entusiasmados. Y entonces tosió, y tosió. Era mucho tiempo el que se había pasado leyendo los cuentos y, con un pañuelo de tela que sacó del bolsillo, pues no le gustaban los de papel, se tapó la boca y, al retirarlo, vieron asustados que había sangre en el pañuelo y llamaron a la tía por teléfono. Y mientras un vecino le acercó al hospital. No había tiempo que perder. Ya la tía se reuniría con ellos allí, pero lo principal era que la viera el doctor. Ya que ella había renunciado al tratamiento, los protocolos de urgencia y primeros auxilios se activaron y les dijeron que era una hemoptisis. y Eso significaba que estaba afectado el pulmón. No les pudieron dar peor noticia, ni peor pronóstico posible. Todo se precipitaría por no haber hecho caso en una primera instancia de los médicos. Ya se temían lo peor: que el proyecto fracasaría y no vería la luz. Con todo lo que habían trabajado…
La tía apareció y se asustó al verla así. No venía sola, y les sorprendió verla con un compañero periodista, bien parecido y apuesto y con un paquete. Pedro no se lo podía creer ¿Sería posible? ¿Sería verdad? Era una prueba de maquetación. Sofía tenía que elegir entre varias opciones que le proponían, pero ahí estaba, el proyecto hecho papel. Era tangible, iba a ser realidad, sería definitivamente verdad.
Ella se recuperó un poco de aquel episodio, y desde entonces ya está en tratamiento y con todos los protocolos activos. Ya se deja hacer, a su pesar. No le quedaba otra, era demasiado arriesgado y peligroso abandonarse como lo había hecho, una chiquillada. Y desde entonces van y vienen al hospital, con sus análisis periódicos. Ya tiene fecha de operación y lo va asumiendo, pero contenta, porque por fin eligió la portada de su libro y salieron las primeras galeradas. Y Pedro, el hermano de una escritora, ¡Si ya era un hecho! Era una escritora y ganado a pulso.
Llegó el día de la presentación y la tía hizo los honores. La presentó y llamó a sus amigos del periódico. También hizo una reseña y un artículo con la noticia de la presentación del libro, y el pueblo se llenó de madrileños ¡Ja, ja, ja! Para un pueblecito pequeño y perdido, eso fue todo un acontecimiento. Y se juntaron padres y alumnos de otros pueblos, y ella estaba que se salía de lo contenta que se sentía. Quería hacer algo personal y especial, una pequeña lectura de una selección, una lectura de las suyas teatralizadas, y fue todo un éxito. Todos la trataron con la mayor naturalidad posible, mirando mucho que no se sintiera demasiado estigmatizada por la enfermedad porque, ella se sentía observada, y lo último que quería es que sintieran lástima. Pero todo fue fenomenal y ella se sintió feliz.
Pasó la presentación y vio su libro en las librerías. Donó algunos ejemplares a la biblioteca e hizo lecturas en la plaza, con sus alumnos y los padres de sus alumnos.
Pasaron unas semanas y sus alumnos la visitaban en casa. Ya la había sustituido otra profesora en la escuela. Ella lo dejó y se dedicó por entero a escribir, aunque echaba de menos las clases y a sus alumnos. El tema de la escritura le absorbía el tiempo, y las presentaciones que había hecho en Madrid y por la provincia la habían tenido ocupada. Por eso y no por otra razón, la tuvieron que sustituir. Y luego no tuvo el valor de ocupar de nuevo su puesto y echar a la que estaba en su lugar, así que prefirió seguir escribiendo.
Su ilusión era escribir una novela y la quería hacer sobre sus padres, la labor que hicieron por los cultivos naturales en el campo, por la educación rural, por la reconstrucción de viejos parajes naturales, por devolver la vida a zonas rurales, evitar su despoblación y habitarlas. Al darles forma a sus sueños, los mantenía vivos ya para siempre y con honores. Esa era la ilusión de Sofía. Porque el campo, las zonas rurales y los cultivos naturales no podían morir por la superproducción de las grandes cadenas y los alimentos procesados. Se sabía que esos alimentos con aditivos y azucares añadidos eran veneno, un engaño, en lo referente al sabor y dañinos para la salud.  Ella quería darle voz a la cantidad de gente, y lo más preocupante, de niños obesos que hay en las nuevas generaciones, y las graves consecuencias a nivel de la salud que tienen, y hacerles justicia a sus padres, que murieron por ello.
Porque Sofía estaba segura de que los canceres, la enfermedad con mayor mortalidad que hay actualmente, era originada por la alimentación, la industrialización y el procesado de los alimentos. Y no se podía callar, tenía que escribir este libro y darle voz a su llamamiento, hacerse oír.
Hace años hubo un gran descubridor, un verdadero revolucionario del aprendizaje: Skinner, maestro del estímulo y refuerzo.
La famosa “Caja de Skinner” sirvió como medio para introducir diversas variables y analizar cómo afectaban en la frecuencia con la que se producían ciertas conductas. Estos experimentos sirvieron para describir ciertos patrones de conducta basados en el condicionamiento operante, para probar la posibilidad de predecir y controlar ciertas acciones de los animales.
Son el entorno y las consecuencias de los actos los que modelan la conducta. El ser humano, por lo tanto, no puede ser libre, al menos si por libertad entendemos indeterminación, es decir, la capacidad para actuar independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor. La libertad es, pues, nada más que una ilusión muy alejada de la realidad, en la que cada acto está originado por unos desencadenantes ajenos a la voluntad de un agente que decide.
Skinner creía que el ser humano tiene la capacidad de modificar su entorno para hacer que este lo determine del modo deseado. Esta perspectiva no es más que la otra cara de la moneda de la determinación; el ambiente siempre nos está afectando en nuestros comportamientos, pero al mismo tiempo todo lo que hacemos transforma también el ambiente. Por lo tanto, podemos aplicar este bucle de causas y efectos sobre unas dinámicas que nos beneficien, dándonos más posibilidades de actuación, a la vez, un mayor bienestar.
Esta postura filosófica, que hoy en día es relativamente normal en la comunidad científica, sentó muy mal en una sociedad estadounidense en las que los principios y valores de los liberalismos estaban y están fuertemente arraigados.

Sofía estaba entusiasmada con su nuevo libro, que ya no sería de cuentos infantiles. Ahora sería un proyecto a lo grande, para un público adulto, y esperaba concienciar a la población con él. ¿Qué nos estamos comiendo? ¿Que están comiendo nuestros mayores? ¿Qué están comiendo nuestros hijos? ¿A dónde vamos a llegar, si seguimos por este camino? Sofía se sentía cansada, pero, a la vez, entera y tranquila. Ha sabido darle un sentido a su vida. Su principal prioridad es recuperarse y participar de lo que vendrá por delante, ya que se avecinan grandes cosas para la ciencia, y ella está entusiasmada, porque, aunque ha sido maestra, y es una fantástica escritora de cuentos, todavía siente que tiene mucho que aprender por el camino.

jueves, 13 de junio de 2019

Trocarse desorden


Trocarse desorden es un vaivén que se mueve con las olas.
Trocarse desorden es hacerse uno con la naturaleza.
Trocarse desorden es salir de ti para ser uno con el otro.
Tocarse desorden es saberse en paz.
Saberse a salvo en el mismo desorden.

No esperar nada del otro, fundirse con él.
No esperar que te comprendan, sentirse libre.
No esperar captar su atención sino fluir.
No esperar tenerle, saber soltar el hilo umbilical.
Trocarse desorden es volar.

domingo, 2 de junio de 2019

No tengas miedo a la vida.



No sé qué tengo que me miras, será mi pasión por la vida; ¿Qué es lo que te inspira? Será esa sencilla luz que me guía. No sé qué tengo que engaña, esta falta de pudor por lo que digan. ¡Que no! ¡De verdad! ¡Que no me importa! ¡ve! Y dile que sí, que venga a llenar tus días. Si no se lo dices te arrepentirás, no haz lo que hago yo, que lleno mis días con la creatividad, o si, haz lo que hago yo, llena tus días de soledad; pero buscada, querida, ansiada, no obligada. Dile que sí, que no tenga miedo a ella; ella te envuelve y la música, ¡Ay la música!  La música es mi compañera, bien puede ser la tuya también; la música querida, que llena mis silencios, bien puede llenar los tuyos. No tengas miedo a ellos, son inspiradores, dan esencia y calidad a tus pensamientos, a mis pensamientos. Amo el silencio, amo la música, amo las letras, la pintura. Bien la puedes amar tú. No, sí, dile que venga, y que no tenga miedo a la vida.  

jueves, 9 de mayo de 2019

Resurgí de las cenizas



Resurgí de las cenizas como ave fénix
¡Oh alma mía!
Cuan alejada estabas de mi ser
Te sentía angosta y fría;
cuando hace unos años te recuperé
venías dolorida,
no mires más al pasado,
pisa fuerte de ahora en adelante
ya se acabó, ya estas a salvo.
reposa dentro de mi corazón
te guardaré bien, 
para que no sufras más;
descansa.
Estás curada y resurges de las cenizas
como ave fénix
Así mismo; cuan gaviota.
Vuela; vuela alto
y que ya nadie te detenga;
el tiempo marcó tu destino
el tiempo y mucho más;
tu nacimiento marcó la vereda;
la senda que elegiste no era la correcta; 
ya pasó
Resurge, vida; alma mía
Resurge cuan ave fénix
Resurge de las cenizas

sábado, 4 de mayo de 2019

Desdibujado en mi memoria



Cuando me lo contaron sentí frío,
una hoja de acero en las entrañas;
como si lo volviera a vivir
desdibujado en mi memoria 
no quería recordar 

¡Vete!, ¡fuera!, 
viento en la noche
repiqueteo de la lluvia
en la ventana
oía sus pasos


Tan fugaz como vino
se fue
solo sentía el silencio 
y un pálpito ¡No!
No abriré nunca más los ojos

miércoles, 24 de abril de 2019

Oda al tiempo



Necesito de ti,
porque vivo sin vivir en mi,
porque solo espero, tu aire, tu boca, tu risa,
tu palabra poética, que alimenta mi alma,
y esperando, espero desvelada,
que asome una sombra en la noche,
que se derrame por mi cuerpo y que me sepa a ti, 
me huela a ti
Y que en este desespero que esperando quedo,
mi alma se calme con tu poesía 
que atrás quedó en mi memoria
y recordando esta, 
quedo la noche presa de tu memoria,
de tu palabra, presa de tu boca,
y quedando espero,
tus besos en mi mejilla, en mi boca


Si esperando digo que quedo
¿Cómo es que es mayor mi desespero, 
que la vaga idea de tu encuentro?
Pues si digo vaga, 
es que lejano se me hace ya tu recuerdo
¿Pues qué es el tiempo?
¿Qué lejano es el segundo a la hora?
más cercano es al minuto,
Y ni esto me consuela,
Pues ni un minuto de más desespero, 
aguarda mi corazón al tuyo,
Esperando queda mi agonía,
que a congoja se asemeja, 
a que corra el tiempo,
pues quedo presa de su cruel destino,
que juega con mi desespero a esperarte


¿Qué cruel jugarreta del destino me priva esta mañana de tu compañía?
Si fue desespero y agonía la espera en la noche,
¿Como es que igual que sucede el alba a la noche, la mañana al alba?,
¿No sucede de igual forma, tu presencia a tu ausencia?,
Pues si me desesperaba esperarte, cuando veía lógica tu ausencia,
¿Qué cruel golpe del destino, juega de nuevo el tiempo conmigo?,
¿Qué anhelando tu presencia, esta no tengo y en su recibo, obtengo tu ausencia?

martes, 23 de abril de 2019

Madre Tierra II...Libro...Interpretación de signos...El prodigio de la mente



Letras que saben a música
En una búsqueda interior
Perfume a Madre Tierra
¿Cómo no abandonarme
A tus páginas,
Tu perfume?
¿Si contienes tantas vidas
Como existe imaginación?
Me abandono a tus letras
A pesar de la sinrazón
A pesar del papel
A pesar de la tala de árboles
¿Podremos algún día
Aunar cuidado de la Madre Tierra
Y sabiduría?
Libro al fin y al cabo
Porque leer
Es lo que verdaderamente da el poder
Interpretar los signos
¿Que de prodigio se produce en nuestro ser?
Un milagro,
El milagro de la Madre Tierra

lunes, 22 de abril de 2019

Madre Tierra



Letras que saben a música
En una búsqueda interior
Perfume a Madre Tierra
Bosque, árbol.
¿Está justificado en tu caso
El papel empleado,
El talado de tus entrañas?
No sé
El hombre hace tanta sinrazón
Una más
Una vida por mil
Un Árbol por mil historias
Su eterna encrucijada

jueves, 28 de marzo de 2019

Tiempo

Tiempo. En la antigüedad, el tiempo según el modo de pensar hebreo, es un concepto temporal; en tanto que los griegos destacan el ser y lo conciben principalmente como intemporal. ... Para Aristóteles, el tiempo se relaciona con el movimiento. Medimos el tiempo por el movimiento y el movimiento por el tiempo.


Tiempo

¿Qué es?
¿Qué me queda?
No sé qué hago con el tiempo
Se consume, se agota

Parece que no hago nada
¿Qué me queda?
No sé qué hago con el tiempo
Se consume, se agota

Desorden
Desdibujo mis palabras
Pinto mi desorden

¿Qué me queda?
No sé qué hago con el tiempo
Se consume, se ahoga

Parece que no hago nada
Desorden
Desdibujo mis palabras
Pinto mi desorden

Vivo
Si esto, en definitiva
Es vivir ¿Lo es?

¿Qué me queda?
No sé qué hago con el tiempo
Se consume, se ahoga

Parece que no hago nada
Desorden
Desdibujo mis palabras
Pinto mi desorden